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Cuando tenemos vacaciones todos aprovechamos para cambiar de aires. Un viaje, una escapada, algo diferente… es muy probable que entre tus planes haya algo de naturaleza que visitar.

¿Por qué no aprovechas para cargar tus pilas de energía positiva?

 

Meditar es una oportunidad para ser más consciente de los aspectos positivos y de las cosas buenas que nos ocurren. Estamos muy a menudo centrados en las cosas malas. Es el mecanismo de defensa que tiene nuestra mente para evitar los peligros. Pero también debemos celebrar lo bueno, disfrutar de los descansos, recoger fuerzas para después.

El verano es un momento excelente para practicar este tipo de conciencia plena. Nuestro alrededor está lleno de vitalidad y además vivimos más al aire libre. Nos da más el sol, estamos más en contacto con la naturaleza, podemos cambiar de rutinas. ¿No te parece un momento estupendo para ser aún más consciente de todo esto?

En el budismo se habla de mudita como el aspecto de la alegría que se puede cultivar con la meditación. Mudita es parte de los brahmaviharas, las “moradas de Brahman”, aspectos positivos e inagotables que podemos desarrollar sin límite y que nos enriquecen en el trato con el mundo que nos rodea.

Mudita es regocijarse con la alegría del mundo. Es ser plenamente consciente del gozo que te rodea y formar parte de él. Es un antídoto natural de la pasividad que a veces aparece cuando hacemos muchas horas de meditaciones de relajación o ecuanimidad.

Te propongo que este verano, estés donde estés, cultives tu alegría gozosa. Cuando estés disfrutando en una terraza, o frente al mar, o en un parque, conecta con tus sensaciones del cuerpo. Hazte plenamente consciente de esa sensación de vitalidad, percibe tu disposición interna ante lo que está ocurriendo, atesora la cualidad agradable de la luz, o del sonido, o de la brisa que te recorre. Y esa misma noche o a la mañana siguiente, siéntate en una silla con la espalda erguida y el mentón ligeramente inclinado, haz un par de respiraciones profundas y después recupera esa sensación reciente de alegría y bienestar. Conecta con la disposición interna que tenías a sentir esa alegría.

Mantener el contacto con esas emociones te ayudará cuando, dentro de unos meses, estés de vuelta en tu rutina. Entonces podrás recuperar con más facilidad ese recuerdo y esa disposición. Porque la capacidad para sentir alegría siempre está en tí, sólo tienes que aprender a conectar con ella cuando lo necesites.

¡Feliz Verano!

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