Hace cuatro años compartí con mis seguidores de mi anterior blog un artículo magistral de Ron Purser y David Loy. Estábamos en 2013 y el mindfulness estaba comenzando a hacerse conocido entre el gran público, a menudo sin las garantías suficientes para lograr sus objetivos iniciales. Por aquel entonces yo llevaba ya varios años meditando y quise aportar mi granito de arena para concienciar a la gente de los peligros de una práctica de meditación de corte consumista, un «McMindfulness» como nombraban los autores en el artículo.
Hoy renuevo mi andadura en los medios digitales tras reinventarme y reinventar mi blog, En este 2017, el mindfulness ha llegado lejos y está presente en escuelas, empresas y centros de todo tipo. Hoy es más necesario que nunca recordar que la práctica de la meditación tiene sentido cuando está ligada a un carácter ético que nos permita mejorar el mundo en el que estamos.
Tal y como hice entonces, primero quiero honrar a los autores del artículo, que son los que tienen el mérito en primer lugar: El original está escrito por Ron Purser y David Loy y lo he intentado traducir de la forma más fidedigna posible. He intentado respetar las cursivas originales aunque he introducido alguna negrita simplemente por facilitar la lectura de un artículo que es bastante más largo de los que suelen leerse en un blog. Los autores son tremendamente claros (brutalmente honestos en algunos puntos), y mi intención es simplemente difundir sus ideas a la gente que no entienda el inglés. Aquellos que quieran conocer el original, lo tienen accesible en este enlace.
Por último, si consideras que el artículo es útil, te animo a que lo difundas entre otros practicantes y/o profesionales de meditación. Intentemos que, cuando llegue a España, nos llegue el mindfulness verdadero en lugar del McMindfulness.
Una vez dicho todo esto, os dejo con el articulo de Purser y Loy, que titulan en el original «Beyond Mc Mindfulness«.
Más Allá del McMindfulness, por Ron Purser y David Loy
De repente, la meditación mindfulness se ha convertido en un fenómeno de masas, abriéndose camino hacia escuelas, empresas, prisiones y agencias del gobiernos incluyendo el ejército americano. Millones de personas están recibiendo beneficios tangibles de su práctica de mindfulness: menos estrés, mejor concentración, quizá un poco más de empatía. No es necesario decir que esto es un gran avance que debe ser bienvenido, pero que tiene una sombra.
La revolución del mindfulness parece ofrecer una panacea universal para resolver casi todas las áreas de las preocupaciones diarias. Libros recientes sobre el tema incluyen: Padres mindfulness, Comer (de forma) mindfulness, Política mindfulness, Terapia mindfulness, Liderazgo mindfulness, Una nación mindfulness, Recuperación mindfulness, El poder del aprendizaje mindfulness, El cerebro mindfulness, El camino del mindfulness a través de la depresión, El camino del mindfulness hacia la autocompasión. Casi diariamente, los medios citan estudios científicos que informan los numerosos beneficios para la salud de la meditación mindfulness y cómo una práctica sencilla puede producir cambios neurológicos en el cerebro.
La popularidad creciente del movimiento mindfulness también se ha convertido en una lucrativa industria artesanal. Los consultores promueven la formación en mindfulness prometiendo que mejorará la eficiencia laboral, reducirán el absentismo e incrementarán las habilidades sociales cruciales para el éxito laboral. Algunos incluso afirman que la formación mindfulness pueden actuar como una «tecnología disruptiva», reformando uncluso las compañías más disfuncionales en organizaciones más amables, compasivas y sostenibles. Hasta el momento, no obstante, no se han publicado estudios empíricos que sostengan dichas afirmaciones.
En sus esfuerzos de promoción, los partidarios de la formación mindfulness habitualmente incluyen en el prólogo que sus programas están «inspirados en el budismo«. Hay un cierto caché a la hora de decir a los neófitos que el mindfulness es un legado del budismo, una tradición famosa por su antiguedad y sus métodos de meditación probados. Pero, al mismo tiempo, los consultores a menudo aseguran a sus patrocinadores corporativos que su particular marca de mindfulness ha retirado todos los lazos y afiliaciones con los orígenes budistas.
Desligar el mindfulness de su contexto ético y religioso del budismo es un movimiento comprensible para hacer dicha formación como un producto viable en el mercado. Pero la urgencia para secularizar y acomodar el mindfulness a una técnica de mercado puede llevar a una desafortunada desnaturalización de esta antigua práctica, cuyo objetivo es mucho más que aliviar una jaqueca, reducir la presión sanguínea o ayudar a los directivos a estar más centrados y ser más productivos.
Generar una técnica más simplificada y secularizada (lo que algunos críticos empiezan a llamar «McMindfulness«) puede volverla más apetecible al mundo empresarial, pero esta descontextualización del mindfulness de su propósito original de liberación y transmisión de ética social tiene algo de «negocio fáustico«. En lugar de aplicar mindfulness como una forma de despertar a personas y organizaciones de las malsanas raíces de la avaricia, aversión y la ignorancia, habitualmente se moderniza hacia técnicas banales, terapéuticas y de auto-ayuda que en verdad refuerzan esas raíces.
La mayor parte de las opiniones científicas y populares que circulan por los medios han retratado el mindfulness en términos de reducción de estrés y mejora de la atención. Los beneficios de estas habilidades son una herencia sine qua non del mindfulness y es su mayor atractivo para las empresas actuales. Pero el mindfulness, entendido y practicado dentro de la tradición budista, no es meramente una técnica éticamente neutra para reducir el estres y aumentar la concentración. En su lugar, el mindfulness es una cualidad distintiva de la atención que depende y se ve influida por muchos otros factores: la naturaleza de nuestros pensamientos, acciones y palabras, nuestra forma de ganarnos la vida y nuestros esfuerzos para evitar comportamientos poco saludables y desarrollar otros comportamientos que propicien acciones sabias, armonía social y compasión.
Los budistas diferencian entre el mindfulness correcto (samma sati) y mindfulness incorrecto (miccha sati). La distinción no es moral; la cuestión es si la calidad de la consciencia se caracteriza por tener las intenciones saludables y cualidades mentales positivas que lleven a la prosperidad y al bienestar a los demás y a uno mismo.
De acuerdo con el Canon Pali (las primeras enseñanzas registradas del Buda), incluso una persona que cometa un crimen premeditado y cruel puede estar practicando mindfulness, el mindfulness incorrecto. Claramente, la atención «mindful» y la concentración de un terrorista, un francotirador o un criminal de guante blanco no es la misma cualidad de mindfulness que el Dalai Lama y otros adeptos del budismo han desarrollado. El Mindfulness Correcto está guiado por intenciones y motivaciones que se basan en la contención, estados mentales correctos y conductas éticas, objetivos que incluyen pero superan la reducción del estrés y el incremento de la concentración.
Otro malentendido común es que la meditación mindfulness es un asunto privado e interno. A menudo se comercializa el mindfulness como un método para la autorrealización personal, como una forma de aplazar los problemas y tribulaciones del sofocante mundo laboral. Dicha orientación individualista y consumista hacia la práctica de mindfulness puede ser efectiva para la autoconservación y el desarrollo personal, pero es esencialmente inútil para mitigar las causas del sufrimiento colectivo y empresarial.
Cuando la práctica del mindfulness se paquetiza de esta forma, la interconexión de los motivos personales se pierde. Hay una disociación entre la transformación personal de cada uno y el tipo de transformación social y organizacional que tiene en cuenta las causas y condiciones del sufrimiento en un entorno más amplio. Esta colonización del mindfulness también tiene un efecto de instrumentalización, reorientando la práctica hacia las necesidades del mercado en lugar de una reflexión crítica de las causas de nuestro sufrimiento colectivo o «dukkha social«.
El Buda enfatizó que sus enseñanzas trataban sobre la comprensión y cesación de dukkha (sufrimiento en el sentido más amplio). Así pues, ¿qué ocurre con el dukkha generado por cómo funcionan las instituciones?
Muchos defensores del mundo empresarial argumentan que el cambio transformador comienza en uno mismo. Si la mente de cada uno pudiera estar más centrada y en paz, entonces la transformación social y empresarial vendría después. El problema con esta formulación es que las tres motivaciones que el budismo señala (avaricia, odio e ignorancia) hoy por hoy no están confinadas a las mentes individuales sino que se han institucionalizado en fuerzas más allá del control personal.
Hasta el momento actual, el movimiento del mindfulness ha evitado cualquier consideración seria de por qué el estrés es tan generalizado en las modernas instituciones empresariales. En su lugar, las empresas se han subido a la moda del mindfulness porque desplaza, de manera muy conveniente, la carga de la responsabilidad al individuo: el estrés se encuadra dentro de un problema personal y el mindfulness se ofrece como la medicina correcta que ayuda al empleado a trabajar de manera más calmada y eficiente dentro de un entorno tóxico. Envuelto en un aura de cuidado y humanidad, el mindfulness se pone de moda como una válvula de escape, una manera de liberar la tensión, una técnica para afrontar y adaptarse al estrés del mundo laboral.
El resultado es una versión atomizada y altamente privatizada de la práctica de mindfulness, que se ha confinado en lo que Jeremy Carrette y Richard King (en su libro «Vendiendo Espiritualidad; la conquista silenciosa de la religión«) describen como una orientación acomodaticia. La formación en Mindfulness resulta atractiva porque es un método de moda para suavizar el disconfort de los empleados, promoviendo una aceptación tácita del status quo y un instrumento para mantener la atención centrada en los objetivos empresariales.
En muchos aspectos, la formación del mindfulness en las empresas (con su promesa de que empleados más calmados y menos estresados serán más productivos) tiene muchas similitudes con el movimiento, actualmente desacreditado, de las «relaciones humanas» , populares en las décadas de 1950 y 1960. Esos programas de formación fueron criticados por su uso manipulador de las técnicas de asesoramiento como las de «escucha activa», establecidas como un método de pacificar a los empleados haciéndoles sentir que se oían sus preocupaciones aunque las condiciones laborales permanecían inalteradas. Esos métodos terminaron siendo conocidos como «Cow psychology» porque las vacas (Cow en inglés) dóciles producen más leche.
Bhikkhu Bodhi, un monje budista occidental ha advertido: «Ausentes de critica social aguda, las prácticas budistas pueden ser fácilmente utilizadas para justificar y estabilizar el estatus quo, convirtiéndose en un refuerzo del capitalismo consumista«. Desafortunadamente, un punto de vista del mindfulness más ético y socialmente responsable se percibe hoy como una preocupación secundaria, o como una politización innecesaria del viaje personal de auto-realización.
Uno tiene la esperanza de que el movimiento del mindfulness no siga el camino habitual de la mayoría de modas empresariales – entusiasmo desenfrenado, aceptación sin crítica del status quo y desilusión final. Para convertirse en una fuerza genuina para la transformación positiva personal y social, debe reclamar un marco ético y aspirar a propósitos más nobles que tengan en cuenta el bienestar de todos los seres vivos.
Siempre habrá quien desvirtúe cualquier movimiento espiritual para sacar sus buenos dineros rápidos y fáciles con ello…. es inevitable… y empresas que se dejen engañar con ello.
🙂
Lo imporante es ser consciente de donde está lo geniuno y donde lo desvirtualizado.
Te felicito. Buen artículo. Tenemos que tener en cuenta la intención, la orientación o el sentido que le damos al mindfulness. Cierto. Da miedo a veces también que el mindfullness genere nuevos dogmas y se elimine la autocrítica. En el centro budista donde voy, a veces hay vientos que me dan algo de pena con ganas para mi algo excesivas de extender en todo los ámbitos el mindfulness, condicionando a que se haga voluntariado a que se participe a sesiones que no son de meditación para poder ir a retiros… No sé si me salgo de la esencia del mesaje, pero ciertamente, a veces bajo la bandera del mindfullness a veces nos salimos de el.
Me uno al comentario anterior. Siempre habrá alguien que quiera aprovecharse de la meditacion en su propio beneficio…
El camino de liberación que nos legó el Buda es el Octuple Sendero: Recta intención, visión, modo de vida, palabra, acción, samadhi, esfuerzo y concentración. Muchos cursos de mindfulness actualmente suelen obviar la mayor parte de estos aspectos y se centran casi exclusivamente en el cultivo de Sati (atención), para lograr cierto grado de serenidad.
Cultivar exclusivamente Sati no transforma a la persona, ni al mundo.
Ese es el problema de tanta insistencia con desligar la meditación de la tradición Budista, que escogemos que prácticar y que no como en un supermercado.
Me encanta el articulo, actualmente como Psicoterapeutas asistimos a personas que dicenhaber realizado talleres de Mindfulness en apenas 8 encuentros y tienen la falsa sensación de vivir Mindfulness. En la práctica Budista, existen Patologias Budistas, Zen, etc. que tienden a psicopatizar a los practicantes., Lo mismo sucede con Mindfulness (mismas patologías). Los responsables de las prácticas Budistas (Theravada, Zen, Vajrayana, etc.,) asi como los responsables de las prácticas Mindfulness deben estar muy atentos a no vender espejitos y collares de colores engañando a los sujetos avidos de algún bienestra en sus vidas. Gracias por el artículo
Julio Caballero MD
Monje Budista
Córdoba- Argentina
Gracias por el comentario, Julio. Es muy complicado poder guiar adecuadamente, y más en este mundo que convierte cualquier cosa, incluso la espiritualidad, en un objeto de deseo. Por eso también me gustó el libro de Momo (http://wp.me/p2oYkJ-5P), porque enseña que aunque todo el mundo esté «cosificado» siempre habrá un pequeño niño que se escape de la trampa y alcance la liberación para todos.
Excelente artículo! Gracias por compartirlo
¡Gracias a ti, Antonio, por el comentario!
Debo corregir los dos primeros comentarios. Es obvio que el dinero es uno de los factores que mueven este tipo de cosas, en este caso es el segundo.
Pero el primer factor causante de que esta desvirtuación sea así, es debido al intento de perpetuación capitalista y consumista de la Élite global. Cuando «ellos» ven que algún movimiento positivo empieza a desarrollarse o simplemente algo bueno empieza a llamar la atención de cada vez más gente (en este caso el mindfulness), meten sus podridas manos hasta el fondo para desprestigiarlo y ponerlo a su favor.
Si no puedes con tu enemigo, únete a él. El movimiento NEW AGE es otra respuesta por parte de la Élite ante la cada vez más grande curiosidad del mundo por lo espiritual.
Paz….y mindfulness:)
Gracias por tu comentario, Antonio. Me resulta interesante eso que dices. Quizá ese intento de perpetuar su poder, nace de su deseo de mejorar y obtener más, que en el fondo es una respuesta (equivocada) a evitar el sufrimiento. Ojalá el mindfulness (aunque adulterado) llegue a esas élites que mencionas y les haga recapacitar…
Tu traducción es horrible. Existen traductores profesionales …
Y críticos profesionales, tu critica es muy poco constructiva. 😀 Y a mi la traduccion no me pareció mala.
Es una especulación del autor. Si la gente tiene hambre y le damos una barra de pan o 20 barras de pan. ¿Qué peligro tiene? Ninguno.
El Budismo, es más lógico de lo que les parece. Si el Mindfulness es bueno, es bueno, aunque se una parte o en su formato completo.
Si miel es bueno, una cuchara de miel o una botella, lo toma en casa, o lo tomas en cafetería o en la calle.
Además el autor desconoce el efecto mente sana que se produce al entorno. El caso de desbalance social, privatización personal…. son puras imaginaciones.
Un saludo,
Gracias por el comentario. Me hace pensar que el efecto de una accion sobre las personas puede ser diferente a la intención de quien lo produce. Alguien que se mueve por egoismo puede generar cosas positivas, igual que el que se mueve por bondad puede terminar por hacer daño. Porque al final no existe lo malo y lo bueno, supongo 🙂
Si mediante un cursillo de 1 hora de mindfulness puedo hacer que mis empleados produzcan 2 veces mas que de costumbre… entonces ¿Qué no podré producir si realizan 8 horas de cursillo? ….
Las mentalidades son a veces así de cerradas, cuando no se comprende algo realmente.
A mi el mindfulness, tal como me lo están enseñando, me parece una pràctica o un enfoque de vida excelente en todos los aspectos. Es evidente que el mindfulness va ligado a una ética, a unos valores positivos. Además la aceptación no hay que confundirla con resignación o sumisión. No se trata de eso. Está claro también que habrá gente que intente manipular, engañar o sacar tajada de esta supuesta popularidad pero no estarán haciendo mindfulness ni nada que se le parezca
Gracias por el comentario, Emili. Efectivamente, hay que estar muy atento continuamente para no perderse por intenciones paralelas alejadas del sentido original del Mindfulness.
Un abrazo!
Muy de acuerdo, no confundamos la práctica del Mindfulness con gente que lo enseñe que puede ser poco ética. Es como todo, la medicina es la ciencia y un médico delincuente o poco ético o atrogénico no es la medicina.
Efectivamente, la verdadera esencia del Mindfulness es un camino de expansión de la consciencia que nos lleve a una conexión con la inteligencia incipiente del ser humano: La inteligencia del Corazón. Inteligencia que se caracteriza por la compasión, el acogimiento incondicional a todo lo que «Es», la sabiduría intuitiva y esencial de la integración y la unidad. Si Mindfulness se convierte en un conjunto de herramientas para favorecer la concentración en el marco de nuestros habituales actos neuróticos, no es Mindfulness. Mindfulness es un camino hacia la inteligencia esencial y profunda del corazón-consciencia. Un camino hacia una humanidad que vive desde el corazón profundo, compasivo y cooperativo con el resto de los seres.
Soy practicante de budismo Zen desde el año 2003, es cierto hay muchisimo merchadissing con tanto mindfutnes y no siempre es positivo si bien, si se usa como ví aintroductoria tampoco considero que se anociva en exceso… En ocasiones, aun cuando uno no crea algo llega un punto en que vas descubriendo que aquello que no creías te ha ido cambiando la vida y al fianl acabas haciendo lo qu enunca hubiera screido que llegarías aser, más compasivo, más amor más paz de uno al universo y viceversa pues en el mundo «Real » no hay bueno ni malo, no hay «dos realidades» más allá d ela mente ilusoria d ecada cual, todo somos uno y uno conformamos la «realidad»
Cualquier práctica, sea la que sea puede usarse en bien de otros o no. Hay gente y profesionales que usan su práctica en post de la ayuda al otro y otros que hacen sólo lo que está de moda, y sin ningún fundamento ni objetivo. La verdad no le veo ningún objetivo a éste artículo, la idea cuál sería? que la gente deje de usar mindfulness? Me interesaría que me lo explicaran por favor.
Lic. Eleonora koning MP95930 (Argentina)
Gracias por la traducción. Me ha gustado mucho el artículo.
Me llaman Pablo la mayoría de los días, tengo dos nacionalidades una de ellas es española. Vivo en EEUU desde 1994. Práctico mindfulness todos los días e instantes de mi vida, empeze con ello hace más de 32 años.
Aquí vivimos alrededor de 300 millones de personas. Lo del «mindfulness» y la utilización de esa palabra fuera de contexto parece conducir a interpretaciones imparciales o sin mindfulness. Lo cual es humorístico.
Cuando una palabra técnica se utiliza fuera de contexto pierde su sentido. Un caso parecido es lo de los niños hiperactivos que se les asocia con un diagnóstico que sólo los graduados en medicina y otras especialidades curativas han sido preparados para diagnosticar, y mucha gente lo utiliza como algo coloquial.
Sin hacer sondeos yo diría que de 300 millones de habitantes en EEUU no tienen ni idea de lo del mindfulness al menos el 90% ósea que para los que os creéis entendidos de lo que pasa aquí estáis equivocados o aprovecháis la oportunidad para subiros a una tarima a echar un discurso.
Ahora bien, que hay muchas revistas, auto-declarados maestros, y otros charlatanes que ven una oportunidad en una moda y utilizan el término como más les conviene y favoreze, pues sí eso si que esa verdad.
Sugerencia: no imites lo que hacen en otros sitios, como ya habéis empezado ha hacer, conecta con el centro de tu ser (mindfulness) allí tienes la respuesta. Ahí no has países, banderas ni charlatanes.
Buena suerte porque se requiere un esfuerzo enorme….pero pretender, eso todo el mundo puede hacerlo.
Soy español y vivo en California. Estáis equivocados. Aquí lo del mindfulness no es moda, sino que lo utilizan en las portadas de revistas, y auto-proclamados maestros para ganarse la vida a costa de la ignorancia de otros.
En EEUU vivimos 300 millones de personas llevo viviendo aquí desde el 1994, y practicando mindfulness por más de 32 años. Yo diría que un 90% de la población no tiene ni idea del concepto de referencia.
Sugerencia: pon esfuerzo en encontrar el centro de tu ser, allí no hay modismos, países, charlatanes, oportunistas y demás. Eso si, es una labor colosal que solo unos pocos continúan hasta el final….el resto solo pretenden haber llegado al centro del mindfulness y escriben artículos sobre ello bajó el poder de la ignorancia.
Muchas gracias por tu aportación, Pablo. Efectivamente, cuando algo se pone de moda suele perder el sentido original y en el caso de mindfulness, se convierte en una etiqueta más, una forma vacía de contenido. Es importante mantener una actitud abierta y consciente que nos permita discriminar si lo que leemos, escuchamos o aprendemos de otros es auténtico o un producto de oportunistas.
Un fuerte abrazo desde España
Hola amigos. Enhorabuena por vuestro trabajo necesario. Estoy empezando a practicar mindfullness como práctica de desarrollo personal y me ha encantado leer lo que habéis traducido. Muy necesario. Lo difundiré. Salud!
Reblogueó esto en Carlos Díaz.
Reblogueó esto en Psicología humanista & Atención plena.
Hace tiempo me rondaba por la cabeza escribir algo parecido sobre el mindfulness y los altos ejecutivos, una técnica para traerles paz mientras ejecutan sus tareas sean éticas o todo lo contrario.
El año pasado, sin pensar en concreto en esto, escribí un cuento relacionado y ahora me ha venido a la cabeza, espero que os guste:
http://petitcalfred.wordpress.com/2013/07/09/el-trabajo-del-arahat/
Gracias por el comentario! Hay mucho que hacer en el mundo en general, y el mundo de la empresa, como parte de éste, también puede beneficiarse de la práctica de un buen mindfulness. Aunque creo que es un entorno más complejo por su funcionamiento y lo cerca que está de los movimientos del ego, del poder y del dinero.
Leeré con atención el cuento, ¡gracias por compartirlo!
Mindfulness en principio es hacer más funcional a la mente, sin embargo si queda ahí es sólo una parte del rompecabezas, falta shila (ética o moral basado en causa y efecto) y la sabiduría. Ahora bien, el Mindfulness si sólo pone énfasis en el shamata (concentración úni puntual) y no pasa al análisis (vipassana) posiblemente tenga un fin errado, porque puedes tener atención plena en el objeto o fenómeno no conveniente o no virtuoso, peligroso camino, el de la ignorancia. Cuidado con esto.
mucha lectura, para el tamaño del titulo, a la final donde esta el peligro?
Lo que intenta el autor es advertir de las consecuencias de una práctica alejada de las raíces budistas de la meditación. Si el mindfulness se convierte en un mero negocio (como parece que es para algunos), se perderían gran parte de sus beneficios para convertirse en una simple moda más.
En cualquier caso, muchas gracias por leerlo todo. 🙂
Buen articulo, gracias por traducirlo, aunque hay que ser auténticamente budista para, aun así, mantener la calma.
Más de estar por casa, » no hay mal que por bien no venga»
Una abrazo.
Llevo en el Mindfulness un mes. Se atisba un horizonte muy lejano, pero hay frutos muy al principio. Es posible que haya mercaderes que venden los frutos de la primera curva, pero no me parece deshonesto. Lo terrible sería que deliberadamente ocultaran el sendero que hay después.
Hablar del sendero en primera instancia es demasiado contracultural y mucha gente se asustaría al sospechar que quieren meterlo en una secta. Mindfulness es, por el contrario, un «packaging» muy americano que vende muy bien los frutos de la primera curva.
Si no hubiera sido por ese «marketing» yo nunca habría atisbado que hay mucho más detrás de esas frutas.
Gracias por el artículo. De entrada me echa para atrás emprender una práctica con nombre yankee que dice tener raíces budistas. Para eso me voy directamente a las chinas. Saludos.
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