Hablar de las experiencias avanzadas de la meditación tiene, para mi, cierto riesgo porque la práctica siempre es algo subjetivo. No sólo es subjetivo, es sutil, tremendamente sutil.
Como decía en la entrada de las naranjas camboyanas, es complicado transmitir exactamente algo a una persona que no haya vivido lo mismo que tú.
Me ha pedido un gato que profundice sobre tres experiencias que se producen en la meditación y que para mi son diferentes: Las experiencias no duales, la mente original y la vacuidad. Al igual que expuse en los comentarios de esta entrada, lo comento aquí con más detalle. Ya que estoy, si lleváis tiempo en esto de la meditación, os recomiendo pasar con asiduidad por su blog, que tiene entradas muy interesantes e inteligentes.
Experiencias no duales. Las veces que he alcanzado este estado mediante la práctica suele existir un componente de concentración profunda en un objeto. Concentración profunda es aquella en la que centras tu atención con fuerza e intensidad en algo, sea ese algo un estímulo físico o mental. Mi experiencia aquí es que existe una especie de fusión con el objeto percibido. Eliminas los intermediarios cerebrales, es decir, no hay una interpretación del objeto de ningún tipo; ni siquiera hay un etiquetado ni a un nivel sutilísimo. No hay percepción de tiempo ni de espacio porque no hay nadie que los interprete. “eres” el objeto.
Esta descripción es el grado más alto de no dualidad, ya que en mi experiencia este tipo de experiencias no funcionan como un interruptor de encendido-apagado. A medida que la concentración se va intensificando, van produciéndose distintos fenómenos que en mi caso han culminado con esa no dualidad.
Lo divertido de las experiencias no duales suele estar en el instante posterior a su aparición, porque mientras estás inmerso no hay interpretación y por tanto no “sabes” (en términos cognitivos) lo que te está pasando. Durante la experiencia eres consciente de lo que ocurre, pero no al nivel racional al que estamos acostumbrados. En cuanto se rompe esa fusión, lo primero que aparece es una interpretación de lo ocurrido; una interpretación rara y algo confusa porque sabes qué ha ocurrido pero no tienes referencias temporales ni cognitivas.
La gente puede pensar que es un estado elevado de meditación. Si es así hay que desmitificarlo. A pesar de la descripción que os acabo de hacer, todo el mundo ha vivido estados no duales en mayor o menor graduación. Estar absorto observando una puesta de sol es una especie de estado no dual. Al igual que estar con un nivel de concentración tan elevado que pierdes el sentido del tiempo. Muchos deportistas que sienten que han “desconectado” mientras estaban absortos ejercitándose han entrado en estados de absorción que están tremendamente cerca (si no iguales) de los estados no duales.
Neti, neti.
neti, neti
Gracias por tu comentario!
Lo interesante de esta experiencia meditativa es que nos permite desvincularnos de las emociones o estados mentales que genera la relación sujeto-objeto o sujeto-sujeto, para quien está inmerso en este tipo de relaciones periódicamente, por ejemplo en el trabajo, relación de pareja o familia, resulta en un momento de tranquilidad y armonía consigo mismo, un acercamiento con su profunda naturaleza, si a eso le agregamos compasión, entonces podríamos estar ad puertas de crear nuestro preciado refugio.
gracias por tu comentario, Genkai! Hay que tener cuidado con la tranquilidad que brindan este tipo de experiencias, porque precisamente nos puede parecer que podemos así escapar de muchas situaciones incómodas y lo que debería ser una ayuda se convierte en obstáculo.
Totalmente de acuerpo, la tranquilidad es una aliciente para quedarnos pegados en un estado de confort que no resulta real para la vida diaria, como todo sentimientos o emoción experimentada hay que dejarla ir. Pero hay que pensar que existen personas que no están muy vinculadas a un practica mas profunda y para ellos llegar a un lugar calmo y en paz que resulta estar en ellos, resulta algo de mucho provecho. De ahí la importancia de comprender los distintos niveles karmicos.
Gassho
Muy bien explicado.
>A pesar de la descripción que os acabo de hacer, todo el mundo ha vivido estados no duales en mayor o menor graduación. Estar absorto observando una puesta de sol es una especie de estado no dual. Al igual que estar con un nivel de concentración tan elevado que pierdes el sentido del tiempo. Muchos deportistas que sienten que han “desconectado” mientras estaban absortos ejercitándose han entrado en estados de absorción que están tremendamente cerca (si no iguales) de los estados no duales.
Creo que eso ocurre y pasa desapercibido en parte por dos razones, una es porque es un estado natural y por tanto no sorprende, no llama la atención. La otra es porque en mucha gente hay una gran falta de capacidad de auto-observación, y es por ello que muchos hechos internos diarios pasan desparecibidos. Ese es otro de los beneficios y del por qué se debe entrenar la atención, tanto sentado como en el día a día.
Ocurre exactamente lo mismo con «el estado de presencia sin pensamiento». Mucha gente sigue relacionando su «ser» con «sus pensamientos» y sin embargo hay miles de instantes en cada dia en que uno no está pensando pero sí está siendo, demostrando claramente que la relación yo=pensamiento es falsa o incompleta. Pero como en el caso anterior, no te sueles dar cuenta por lo natural, habitual y ordinario que es esa situación y porque falta capacidad de auto-observación.
Un abrazo
Muchas gracias por tu comentario! Estoy de acuerdo contigo. Una vez que empiezas a observar con detenimiento, llama la atención lo ordinario de esos estados y de cómo los imaginamos como estados «más elevados».