Voy a terminar este ciclo sobre las experiencias que pueden surgir en la meditación hablando de la vacuidad. Lo hago con respeto porque la vacuidad es un tema muy intenso en el budismo. Yo diría que casi está a la altura de las discusiones sobre el yo.
Si queréis ver las anteriores entradas sobre otras experiencias podéis leer sobre la no-dualidad y sobre la mente original.
La vacuidad. Quizá este me cueste más describirlo. Las experiencias de vacío que mejor recuerdo se han producido cuando he alcanzado el estado de mente original y, desde ahí, me he concentrado en la propia naturaleza de la mente original. Esta naturaleza es clara y luminosa, pero también vacía. Al profundizar en estas características, observas el vacío para después tener una experiencia de la vacuidad. Para mí, hasta donde he experimentado, la vacuidad es una experiencia, una característica que puede ser sentida. La mente original y el no-yo son estados.
Otra forma de tratar de explicar la vacuidad es comparándola con un estado no-dual sin forma. Si en el estado no-dual te fusionas con un objeto con forma, en la vacuidad lo haces con un objeto sin forma. Los adjetivos de “con forma” o “sin forma” se utilizan siguiendo el sentido budista de las palabras, por lo que los objetos con forma pueden ser tanto objetos físicos como sensoriales.
En el Dzogchen, a la vacuidad se la llama la madre, ya que es la base de todo. Puesto que nada es, todo puede ser. Gracias a la ausencia de características esenciales inmutables, todo puede transformarse y de hecho se transforma en todo. La vacuidad tiene que ver con el anatta o anattman, que es una de las tres marcas de la realidad según el budismo y que señala que no existe un alma o una esencia definitoria de los fenómenos.
Estos tres elementos de los que he ido hablando (No dualidad, mente original y vacuidad) pueden estar conectados entre sí, por lo que puede resultar algo confuso identificarlos. Uno puede meditar en la vacuidad desde un estado dual, comprendiendo desde tu self intelectual que las cosas no tienen esencia última. Pero también puedes acceder a la mente original y desde ella percibir la vacuidad. Meditar en la vacuidad también puede llevar a estados de absorción que permitan los estados no duales, etc.
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