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Cuando hablamos de pensamientos normalmente nos referimos a pensamientos conscientes, a aquellas frases que identificamos en nuestro diálogo interno.

Sin embargo hay otro tipo de pensamientos que influyen de manera notable en nuestra forma de ver la realidad: las creencias.

¿Qué son las creencias?

Las creencias son pensamientos, ideas, que hemos interiorizado a lo largo de nuestra vida. Las hemos repetido tanto y las hemos creido tanto que ya no necesitan expresarse en el nivel de la consciencia. Están tan dentro de nosotros que nos influyen y condicionan nuestras acciones de manera muy notable.

Las creencias se caracterizan porque son muy generales y las asumimos con tal grado de veracidad que no pensamos en cuestionarlas: nos las «creemos» totalmente, de ahí su nombre.

Pueden ser frases del tipo «no puedes confiar en nadie» o «todo el mundo tiene un precio«, o «si me pasa algo bueno luego me pasará algo malo para compensar» Estas frases expresan creencias sobre el mundo y nos guían a la hora de tomar decisiones.

Tener creencias no es bueno ni malo (es, en gran medida, inevitable), pero es un buen ejercicio dedicarle un tiempo a la reflexión e identificación de tus creencias.

La importancia del mindfulness aplicado a las creencias

La práctica de la meditación nos permite dedicar un tiempo a observar nuestros pensamientos y nuestras reacciones desde una determinada posición que combina la ecuanimidad y la toma de distancia. A través de la indagación de nuestras reacciones y pensamientos en las situaciones que vivimos podemos ver las creencias que tenemos sobre el mundo.

Este es el primer paso para poder identificar aquellas creencias que te limitan y te impiden desarrollarte (o desarrollar tus relaciones con otros) y cambiarlas por aquellas más positivas.

Además, el caracter general e inmutable de las creencias las hace inservibles en determinados momentos. Con el mindfulness vamos ganando una sabiduría acerca del mundo que nos dice que todo cambia. Esto nos ayuda a cuestionar nuestras creencias en determinados momentos y desarrollar una mirada crítica hacia ellas, para no dejarnos arrastrar por ideas preconcebidas que pueden ser equivocadas.

Es decir, en determinados momentos es necesario decidir si es conveniente seguir lo que nos dice la creencia, y en otras ocasiones, lo relevante será hacer una prueba de realidad y no hacerle caso, por muy instaurada que esté y por mucha seguridad que (aparentemente) nos brinde.

¿Tienes identificadas tus creencias?

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