A lo largo de este mes, en las sesiones de meditación del grupo, hemos estado explorando distintos aspectos que nos ayudan a cultivar la serenidad.
La importancia de los hábitos
Tanto si llevas mucho tiempo meditando como si acabas de comenzar, hay algunas cosas de tu vida corriente que afectan a la práctica de meditación. Rutinas, hábitos, formas de ver las cosas… mucho de nuestro estilo de vida impacta en el cojín y pueden suponer una ayuda o un estorbo en el cultivo de la serenidad.
Uno de esos elementos es la alimentación. Más allá de aspectos obvios, como que tomar alcohol dificultará nuestra capacidad de concentración, la alimentación juega un papel clave en el funcionamiento de nuestra mente. Hoy en día hay muchas investigaciones que estudian la relación entre el sistema digestivo y el cerebro.
El eje intestino cerebro
El sistema intestino cerebro se estudia de manera conjunta por neurologos, nutricionistas o psicólogos. El intestino se considera nuestro segundo cerebro, ya que tiene una gran cantidad de neuronas (junto con el corazón, por cierto), y se comunica con el cerebro a través del nervio vago.
Neurotransmisores como la dopamina o la serotonina se sintetizan en grandes cantidades en nuestro sistema digestivo. En concreto, entre el 80% y el 90% de la serotonina y más de un 50% de la dopamina tienen su origen en nuestros intestinos. Dado que estos neurotransmisores impactan de manera directa en nuestros centros de atención, recompensa y placer, la alimentación va a influir en la calidad de nuestra meditación.
Alimentos que influyen en nuestra serenidad
La microbiota es todo ese sistema de bacterias «buenas» que ayudan a nuestro intestino a procesar los alimentos. Entre todos los tipos de bacterias que viven con nosotros, hay dos de las que quiero hablaros:
Las bacterias del tipo Lactobacilus fabrican GABA (ácido gamma-aminobutírico) que está relacionado con la calma y el descanso. Se ha encontrado relación entre niveles bajos de estas bacterias y estados depresivos y de ansiedad.
Se incrementan los lactobacilus con:
- Almidon resistente. Está en los carbohidratos de absorción lenta
- Té verde
- Polifenoles: vino tinto, frutos del bosque
- Cúrcuma
- Quercitina (cebolla)
- Cereales y legumbres
Las bifidobacterias fabrican triptófano, que es el precursor de la serotonina y vitaminas del grupo B. Estando bajas se han descrito estados de ansiedad.
Se incrementan con:
- Alimentos probioticos: cacao 85%, miso, soja fermentada, chucrut (col fermentada), kéfir de leche o agua, kombucha, yogures, vinagre de manzana, algas…
- Alimentos prebióticos: nueces, cebolla, lentejas rojas, maiz, puerros, manzanas, alcachofas…
A partir de ahora, ya sabes que para cuidar tu mente, también tienes que cuidar tu cuerpo… y tus bacterias.
Si quieres unirte a nuestro grupo de meditación, escríbeme y te informaré sin compromiso.
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