Mindfulness no es una técnica para reprimir las emociones. Vivimos desde un cuerpo que tiene una base biológica y esa base incluye el reconocimiento de las emociones como respuesta ante los estímulos del entorno. Es decir, nuestras emociones son una herramienta clave para vivir la vida.
¿Cómo funcionan las emociones?
En todo momento nuestro cuerpo está recibiendo información. Esa información puede ser del mundo que nos rodea y también de nuestro propio estado interior (por ejemplo, del hambre que tenemos, o del sueño, o de la activación fisiológica que experimentamos).
Todos esos estímulos que recibimos son procesados primero a un nivel inconsciente. De ello se encargan las estructuras más antiguas de nuestro cerebro. El sistema nervioso autónomo y el sistema neuroendocrino evalúan de manera coordinada y sucesiva lo que llega a nuestros sentidos. Después, el sistema límbico pone en marcha una serie de mecanismos que liberan hormonas. La adrenalina o el cortisol son hormonas que pueden formar parte de este proceso inconsciente.
También juega un papel importante la respuesta consciente. Ante esa información que nos llega, la parte más evolucionada de nuestro cerebro integra nuestras capacidades, aprendizajes y otros recursos. La corteza prefrontal de nuestro cerebro juega un papel fundamental en esta evaluación.
Estos dos mecanismos, el inconsciente o primario y el consciente o secundario, se conjugan para dar lugar a una interpretación y una conducta de aquello que está pasando.
¿Podemos controlar las emociones?
Lo primero que tenemos que señalar es que no somos dueños absolutos de nuestro cuerpo. Podemos caminar, hablar o fijar la mirada de manera voluntaria y directa, pero no tenemos la misma capacidad de control sobre nuestra digestión, sobre las hormonas que producimos o sobre los movimientos de los glóbulos rojos. Hay procesos de nuestro cuerpo que ocurren independientemente de nuestra voluntad, son autónomos. Nuestra capacidad de acción sobre ese tipo de cosas se limita, en el mejor de los casos, a una influencia indirecta. Podemos evitar determinados alimentos para no tener digestiones pesadas, tomar café para activarnos o medicamentos para las inflamaciones, pero poco más.
Tenemos que recordar esto cuando hablamos de emociones, porque una parte importante de las mismas se producen en nuestros sistemas autónomos y no vamos a tener el control absoluto sobre ellas. Es mejor aspirar a gestionar mejor las emociones que sentimos a pretender erradicarlas por completo.
Comentarios recientes