Me temo que comienzo el apartado de eventos hablando de uno que ya ha pasado, y es que hace un par de viernes me enteré de que el Centro Abierto Tomillo celebraba un día especial del mindfulness. De todas formas, como el Centro organiza regularmente actividades gratuitas y de pago que os pueden resultar de interés, os lo comento por aquí.
El Centro Tomillo es la parte formativa de la fundación del mismo nombre. La fundación se dedica a prestar apoyo a colectivos desfavorecidos y el centro ofrece formación relacionada con el desarrollo humano a todo el público. Si bien los cursos que ofrecen me parecen algo caros, siempre hay conferencias gratuitas o «masterclass» interesantes de las materias, así que entro de manera regular en su web para ver el catálogo de actividades de la temporada.
Así fue como descubrí que el pasado viernes 25 tenían un doble programa dedicado al mindfulness. Por la mañana hubo un ciclo dedicado a los docentes y la aplicación práctica de la meditación mindfulnes con una mesa redonda en la que participaba, entre otros, Santiago Segovia. Por la tarde hubo una sesión abierta y gratuita en la que practicamos una meditación metta y Vicente Simón dio una conferencia sobre su libro «Aprende a practicar Mindfulness«. Yo estuve por la tarde y la verdad es que fue muy interesante.
La práctica metta fue muy similar a la que realizamos con Santiago. Primero una parte de concentración en la respiración para la serenidad, integrar los sonidos y estímulos externos, etc. Después Vicente introdujo la parte de metta con prácticamente los mismos mensajes que usamos con Santiago («que esté en paz, que me sienta bien, que tenga salud«) pero con un elemento nuevo: comenzaba la visualización con una persona afectivamente cercana a la que le envías esa «energía«, después pasas a visualizarte a ti con esa persona y repites los deseos para la pareja, y por último te centras en los mensajes para tí mismo. La verdad es que este proceso me resultó mucho más sencillo, más fluido.
En la conferencia, Vicente habló de la dificultad que tenemos para, efectivamente, querernos a nosotros mismos. Cómo estamos en nuestra cultura educados para dar a los demás pero no para cuidarnos o desearnos el bien y creo que detrás de esta base está la progresión de la metta que os he comentado. Se detuvo también en las palabras que utilizamos para definir las distintas prácticas de meditación, en cómo hoy por hoy no podemos encontrar un sustituto adecuado para el término metta en castellano. Dice Vicente que el metta sánscrito es lo más parecido al kindness o compassion inglés, pero que en castellano no tiene un equivalente claro. Él se ha decantado por añadir un significado diferente al término «compasión» que puede ser el más parecido en español. En realidad, de lo que trata el metta es de amar cuando el objeto del sentimiento está sufriendo. Por eso, si véis en algún libro de Vicente la palabra compasión, no se refiere al significado habitual de «compadecerse de«, es simplemente amar a alguien que está sufriendo.
Vicente estuvo hablando largo y tendido de algunos puntos interesantes en el mundo de la meditación, como el tema de la aceptación. Para Vicente es fundamental que al avanzar en la práctica de la meditación, se produzca un acto de rendición natural, de aceptar que las cosas son como son, que a veces nuestros planes no coinciden con lo que ocurre en el universo.
Me sorprendió mucho el paralelismo entre su lenguaje y el contenido de lo que decía con lo que vemos con Santiago, incluso en el momento actual, en el que nos centramos en la parte emocional. Vicente le dio muchísima importancia a este aspecto, explicando que la práctica de la serenidad sólo es una introducción para la práctica que verdaderamente da resultados, que es la práctica metta. Para Vicente (bueno y para muchos otros autores a los que se fue refiriendo en la conferencia, como Kristine Neff o Paul Gilbert), esta práctica de metta desde la serenidad del mindfulness soluciona un gran problema actual de carencia de afecto que está en la base de muchos problemas de personalidad y conductuales de nuestros días.
Ni que decir tiene que me compré el libro, así que ya os haré una reseña en cuanto me lo lea para que sepáis qué tal es.
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