¿Creéis que hoy es más complicado meditar que en la antigüedad?
Puede que sea impresión mía pero por el tono de muchas lecturas sobre mindfulness, artículos en compartidos en linkedin o twitter, da la impresión de que la tecnología es un obstáculo añadido a la meditación.
En muchos sitios leo que nuestra atención hoy está mucho más dispersa, reclamada por diferentes aparatos, y que tenemos un ritmo estresante que nos lleva a no poder desconectar.
Creo que esto es cierto, y sin embargo, no creo que en el siglo XII se meditara mejor.
Yo creo que a todos nos cuesta la meditación. Independientemente del mundo frenético en que vivimos, todos los seres humanos, en todas las épocas, han encontrado dificultades en esto de la meditación. No hay registros de las épocas pasadas, pero dudo mucho que en el siglo IV a.C. hubiera habido más iluminados que hoy en día.
Y sin embargo, tengo la sensación de que la actual explosión del mindfulness se ha debido por la influencia del estrés tecnológico y urbano que tenemos hoy en día. Curioso, ¿verdad?
Puede que haya influido el hecho de que cuando los urbanitas de hoy queremos relajarnos nos vamos al campo. Cuando nos vamos de vacaciones, pensamos en naturaleza (cercana como la playa de valencia o lejana como las cataratas de Iguazú). Cuando queremos desconectar nos alejamos de las urbes, de la tecnología (en la medida de lo posible).
Sin embargo no os dejéis engañar por las asociaciones inconscientes de vuestro cerebro: sin tecnología, sin estrés laboral, en la edad media o en el antiguo Egipto no se vivía espiritualmente mejor. No eran más libres de los sufrimientos y deseos que nosotros.
¿Cómo estoy tan seguro? Primero porque todos los grandes libros y escuelas de meditación se escribieron y transmitieron en un mundo sin tecnología. Si el Bhagavad Gita, el Tao o los evangelios se escribieron fue porque una mayoría sufría y quería dejar de sufrir y una minoría había encontrado una forma de dejar de sufrir.
Pero también estoy seguro porque la raíz de todo sufrimiento está imbuida en nuestra mente y esta nos lleva acompañando desde que el tiempo es tiempo.
No es el whatsapp, es tu mente.
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