La semana pasada continuamos practicando con emociones. Como el propio Santiago comentó, meditar sobre emociones es una herramienta fundamental para conocerse a uno mismo. Podría decirse que es el complemento perfecto a la meditación sobre la respiración.
Meditar sobre la respiración genera una mayor resiliencia, un mayor control de estrés externo. Poco a poco, sentada a sentada, concentrarse sobre la respiración, entrenarse en los propios pensamientos, genera ese espacio de serenidad y ecuanimidad.
Y cuando esta serenidad se ha estabilizado lo suficiente empezamos a meditar sobre los sentimientos. Con serenidad y ecuanimidad se pueden abrir los ojos de la “visión verdadera” que dicen los budistas. Vipassana es simplemente eso. Cuando uno mira sin juzgar, aprende de su vida y sus automatismos.
El ejercicio de meditación sobre las emociones es diferente a la práctica tradicional de Metta. En la meditación metta, uno busca reducir o eliminar las emociones negativas y potenciar las positivas en varios niveles (hacia uno mismo, los conocidos, etc.). Sin embargo, en la práctica que estamos realizando ahora, buscamos la raiz de la emoción. Desde nuestra posición de ecuanimidad tratamos de localizar el gatillo que disparó el sentimiento para poder conocer, como dice Santiago, “a qué señor sirve” la emoción.
Este pequeño juego de indagar las causas resulta un potente ejercicio de introspección que nos va a exigir honestidad, curiosidad e inconformismo.
Inconformismo en el sentido de seguir adelante y no darnos por satisfechos con rapidez. Las emociones nos revuelven y no solemos prestarlas atención con la mente clara. Puede que sintamos que hemos dado muy rápidamente con la conclusión, pero vale la pena preguntarse por un momento si hemos dado con el motivo último o si es una forma de no indagar más profundamente.
En este sentido juegan también la curiosidad y la honestidad con uno mismo. Las emociones están muy vinculadas unas con otras y con frecuencia se mezclan, tanto ellas, como las causas que las generan. Es como la cancioncilla esa de que “los que se pelean se desean” que te soltaban en clase para chincharte. Por eso, y porque las emociones nos tocan muy dentro, hay que acercarse a ellas de una forma abierta y con la aceptación como bandera.
Es un paso muy muy importante, porque nosotros generamos el mundo a través de nuestra mente, y si nos conocemos a nosotros mismos, conocerémos mejor nuestra realidad.
Comentarios recientes