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Hands of a harpist playing

Lo importante de la práctica comienza cuando te levantas del cojín de meditación. La práctica formal es importante para mantener la serenidad y la lucidez, pero, en el fondo, creo que lo fundamental es la atención. Para mí, ser consciente es sinónimo de mantener la atención activa en lo que ocurre dentro de ti mientras actúas en el día a día.

Sin embargo, resulta muy complicado mantener la atención en la propia atención. Ser consciente mientras realizas actos cotidianos resulta muy complicado porque en seguida te raptan pensamientos. Puede que sea porque muchas de las cosas que hacemos están automatizadas y no necesitamos tener activa la atención para llevarlas a cabo. Por eso empecé a fijarme en las manos.

He descubierto que para la mayoría de las tareas de la casa, resulta muy fácil fijar la atención en la mano tonta. No sé si habéis intentado alguna vez escribir con la zurda (si sois diestros). Desde el momento en que coges el bolígrafo, tu atención está centrada en esa mano, por la novedad. El boli te resulta raro en esa mano; no sabes si lo estás cogiendo de la forma correcta y cada trazo que escribes tiene que estar cuidadosamente medido. Esencialmente es lo mismo, pero con el día a día.

Muchas de las tareas domésticas o cotidianas que tenemos automatizadas, las manos responden por si solas, pero hemos perdido la noción de dónde están y qué hacen. Por ejemplo, ahora, cuando me pongo el cinturón o la corbata, centro mi atención en mi diestra (yo soy zurdo): en dónde está, en cómo sujeta el cinturón y el pantalón, en cómo se combina con la izquierda para hacer el giro o recibir el trozo de cuero…

Funciona estupendamente porque no hay que pensar (los movimientos están aprendidos y se repiten mecánicamente), pero de repente te empiezas a dar cuenta cómo interactuan las manos para llegar al resultado. Normalmente no te fijas en qué hace tu mano tonta mientras la mano hábil realiza una acción, así que esa falta de costumbre también ayuda a mantener la atención centrada.

También lo he probado con otras acciones que sólo implican el uso de una mano; como por ejemplo lavarse los dientes, para ver qué hace la mano mientras la hábil realiza su tarea. Dónde la suelo colocar, dónde la descanso, cuándo entra en acción y para qué.

La próxima vez que estéis haciendo algo muy habitual, como ordenar algún cajón, doblando / tendiendo la ropa, haciendo la cama… os animo a que prestéis atención a vuestra  mano tonta. Fijáos dónde está, en qué posición. ¿La descansáis junto al cuerpo mientras la hábil realiza su trabajo? ¿En qué momento se activa? ¿Hace giros o  torsiones para adaptarse a la hábil? En definitiva, es un recurso para mantener la atención que está… ¡al alcance de la mano!

¿Vosotros tenéis algún otro truco para mantener la atención en las tareas domésticas?

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