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Entre los libros de meditación hay algunos que están destinados a motivar a la gente, a tocarles la fibra, y hay otros que están pensados para la divulgación y la ampliación del conocimiento. El libro de hoy es de los segundos.

Maravillas de la Mente Natural

Maravillas de la mente natural” (Tenzin Wangyal Rimpoche, ediciones Bodhi), habla pricipalmente de una tradición en concreto, el Dzogchen, que está ligado al budismo tibetano.

 

Es un libro complejo y denso, no apto para los que están buscando una lectura más ligera y motivante de las del primer grupo de libros que comentaba antes. Es denso porque el libro trata de mostrar todos los aspectos de la tradición. Pero la propia naturaleza del Dzogchen también hace complicado el libro.

 

La tradición Dzogchen (y sospecho que muchas tibetanas) son muy “floridas”, en el sentido de que contienen una mitología / imaginería muy abundante. En las páginas del libro hablan de cosas como “la madre y el hijo”la luz y los rayos” las deidades y los demonios, etc. Al lector más sobrio o más mental puede resultarle complicado seguir estos capítulos.

 

Sin embargo, también te encuentras capítulos completos dedicados a la presencia y a la atención, a la claridad y los obstáculos de la práctica de meditación. En estos capítulos se muestran de manera muy clara la forma de meditación del Dzogchen, o los estados y las fases por las que cada practicante tiene que pasar. Eso sí, incluso estos conceptos están impregnados del estilo poético tibetano. Por ejemplo, según la tradición Dzogchen existen ocho señales internas que indican que una persona está progresando espiritualmente. Aquí os transcribo una de ellas:

“La primera señal es como una tortuga que, cuando se la pone en un recipiente con agua, retrae las extremidades hacia su caparazón. El practicante casi siente como si su mente no se pudiera mover. Esta es una señal de que la mente se mueve hacia el interior”.

 

Vamos, que cuando la tradición tibetana se pone colorida parece que estás leyendo a Antonio Gala.

 

Maravillas de la mente natural” También es un libro repleto de cosas fascinantes, que condensa muy bien aspectos muy completos y complejos del camino espiritual. Eso sí, en el futuro lo retomaré con una libreta al lado para ir tomando apuntes. Reconozco que me pierdo con algunas metáforas y algunos nombres tibetanos, y algunas de las cosas que he leido son realmente interesantes, porque tocan muchos aspectos de la práctica que puedes usar como una especie de guía interna.

 

Lo que más me ha gustado del libro es lo completo que es: te informa sobre la historia del Dzogchen, te resume la vivencia biográfica del autor para que conozcas cómo es la vida de un monje Dzogchen (interesantísimo), repasa los principales puntos de la práctica de la meditación, obstáculos e indicaciones, habla sobre la concepción de la muerte… Impresionante.

 

Y lo que menos me ha gustado es que sea un libro para estudiar, no para leer en el metro o en el parque. Algunas veces, las palabras tibetanas que se incluyen para cada concepto pueden despistar un poco, y el continuo cambio de “momento teórico” a “momento poético” pueden incrementar la confusión.

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