Seleccionar página

Estoy leyendo el libro “Qué es el Budismo” de Borges. No tenía ni idea de que Borges hubiera escrito un libro sobre esto, aunque no me extraña nada. Los temas de Borges son muy característicos, con sus paradojas y sus mundos oníricos y sus irrealidades.

El libro está escrito de una forma tremendamente expositiva. Trata de exponer de manera casi periodística los principales asuntos del budismo, como su historia, la del buda histórico, su sistema de creencias y sus ramificaciones. A lo largo del texto, aquí y allá, hace referencias a otros autores occidentales que también escribieron o pensaron sobre el budismo, particularmente filósofos como Schopenhauer o Hume, y en ocasiones hace analogías con algunos de sus planteamientos.

En general, me ha parecido un libro bastante simple en todos los sentidos, con todo lo bueno y lo malo que conlleva eso. Lo bueno es que es fácil de leer. No te atragantas con frases grandilocuentes o explicaciones metafísicas del mundo budista (un mundo, por cierto, donde es muy fácil caer en ese tipo de retórica metafísica incomprensible). Sin embargo se queda mucho en la superficie.

QUE-BORGES2

Da la impresión de un libro que se ha escrito desde alguien que está muy alejado del budismo, que ha leído otros libros sobre el tema pero que no ha profundizado, que no se ha puesto a pensar (ni mucho menos practicar). Es como un trabajo que te ha encargado alguien y que haces porque hay que hacer. Está deliciosamente escrito, pero es simple.

A pesar de su narrativa, que trata de ser periodística y objetiva, de vez en cuando se escapan algunas valoraciones, como cuando comenta que el budismo fue “degenerando” en el tantra.

Borges dedica un capítulo extenso a la reencarnación, en el que tiene que hablar, por supuesto, del karma, ya que para el budismo no existe un alma individual y es el karma quien influye en tus próximas vidas. El párrafo en el que explica el proceso termina con esta frase:

“El concepto de una estructura complejísima que cada individuo va construyendo a lo largo de su vida se presta menos a la transmigración que el concepto de un alma individual que pasa de una forma corporal a otra forma. Esta inconcebible estructura, el karma, es acaso uno de los puntos débiles del budismo”.

Este tipo de afirmaciones y valoraciones, en el estilo narrativo que ha escogido quizá sean las que me hayan decepcionado del texto. Si el estilo general del libro fuera de análisis o critica sobre el budismo lo entendería. O si tuviera un tono más personal sobre el tema.

En ese sentido, el libro de Cerebro y Mindfulness, de D. Siegel, es más consistente que este. Siegel marca desde el principio un tono cercano y le dice al lector “voy a contarte lo que yo creo que pasa en el cerebro en base a mi experiencia y conocimientos sobre estos dos temas” y efectivamente, se pasa el resto de casi trescientas páginas lanzando hipótesis y teorías, hasta el punto de que terminas un poco harto de frases como “quizá la ciencia en el futuro”, “es posible que este resultado se deba a”, “a lo mejor pasa esto porque”… Siegel apenas ofrece certezas, pero al menos ha sido honesto y coherente.

Borges, que además es un genio de la literatura, se presenta como un corresponsal en la india y entre hecho y hecho te cuela un zarpazo. En realidad, una imagen más aproximada es la de un explorador inglés del siglo XIX que informa de cómo viven las tribus remotas del centro de África.

En cualquier caso, al igual que con Siegel aprendes cosas interesantes (porque no soy ni médico ni experto en cerebros), aquí también descubres cosas que no sabías del budismo. Me quedo con las analogías y referencias a los filósofos occidentales.

Pin It on Pinterest