Seleccionar página

Conectar con el propósito es el factor psicológico que mas predice la longevidad. Cuando tenemos un propósito y damos significado a lo que hacemos en nuestra vida nos recuperamos mejor y más rápido de las situaciones adversas.

Sin embargo, no todo el mundo se para a conectar con su propósito en el día a día. Normalmente hacemos las cosas sin pensar en la intención o el sentido que tiene aquello que hacemos. Nos puede pasar con cualquier actividad que realizamos con cierta regularidad, incluido la meditación.

¿Qué es el propósito?

Cuando hablamos de propósito o del sentido que le damos a nuestra vida, podemos caer en racionalizaciones del tipo «¿quien soy yo?» «¿a dónde voy?» «¿cuál es el sentido de mi vida? » y entrar en reflexiones filosóficas interminables. En lugar de eso, lo que vamos a tratar es de observar el propósito de manera más concreta y aterrizada. Vamos a tratar de relacionar el propósito con cosas concretas de nuestras vidas.

A estos efectos, podemos definir el propósito como la intención estable de lograr algo que es al mismo tiempo beneficioso para uno mismo y para algo más allá de uno mismo

Es decir, el propósito no tiene que ver con grandes metas o cambios vitales profundos, sino con el significado que damos a las acciones.

Características del propósito:

Atendiendo a la definición anterior, podemos encontrar tres características del propósito:

  • Va más allá de nuestro día a día. Es estable en el tiempo y se mantiene más allá de nuestra rutina.
  • Una parte de ese propósito tiene un significado que trasciende el «yo» personal e individual
  • Tiene un significado de logro, de progreso o plenitud

El propósito tiene que ver mucho con la intención con la que hacemos las cosas, con la razón que nos ha movido en primer lugar a hacer algo a estar aquí haciendo una meditación, en lugar de hacer cualquier otra cosa diferente.

Es, por tanto, una intención y un sentido que nos ha traído a la práctica y que es bueno recordar de vez en cuando. Si no, nuestra práctica de meditación se vuelve mecánica y rutinaria. Nos olvidamos de cómo comenzamos y de por qué lo hicimos.

¿Cómo lo integramos en la meditación?

El propósito, sentido, intención no es algo exclusivo de la meditación ni es algo nuevo. En sánscrito tienen el término sankalpa para referirse a esa voluntad inicial que nos mueve, esos votos solemnes de hacer algo con una determinación firme.

Si tienes claro qué es lo que te mueve para realizar tu práctica de meditación, puedes simplemente conectar con ella antes del inicio de la práctica. Cuando estás en la fase inicial de preparación, encontrando la postura, haciendo unas respiraciones de inicio, etc., puedes incorporar el sankalpa o la intención como una frase que te repites a ti misma/o para recordarte tu propósito. Algo sencillo y aterrizado, como «voy a dedicar estos minutos a desarrollar mi autocompasión» o «voy a meditar para luego dormir con bienestar»

También puedes convertir tu práctica en una exploración sobre tu propósito. Sabiendo sus características, ¿qué es eso que te mueve? ¿qué otras actividades realizas que tengan que ver con esa motivación? ¿quién más se beneficia de tu práctica?

¡Qué tengas una buena exploración!

Pin It on Pinterest